jueves, 9 de octubre de 2014

"Y es curioso el modo en el que buscaba en él lo mismo que en la pintura."

Ese día fue perfecto. No recordaba lo maravilloso que era el río. Habíamos pasado la mañana navegando entre los patos que paraban a beber. Era un paisaje digno de pintar, y estaría en mi memoria para cuando quisiese hacerlo. Comimos en el pueblo y por la tarde fuimos de paseo por los bosques de la zona. Al anochecer, Lee me llevó a casa. Me acompañó hasta la puerta y me dio un beso en la mejilla en señal de que se iba. Una parte de mi dijo: "No por favor, quédate aquí"; pero otra decía: "Al menos ahora podré dedicarme a la pintura un rato". Si, quería describir lo que había vivido ese día. Utilizar colores alegres y vivos, cuya belleza llenan de luz el lienzo. Así me hacía sentir Lee. Y es curioso el modo en el que buscaba en él lo mismo que en la pintura. 

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